EDUARDO AYALDE GONZÁLEZ ( RECUERDO DE UN HOMBRE IMPRESCINDIBLE EN LA HISTORIA DEL ROTARISMO EN COLOMBIA)

Por; EGD Efraín Marmolejo Varela.  

 

El Rotarismo se ha caracterizado por tener entre sus miembros, lideres que han dejado profunda huella en la historia de nuestra institución. Hoy ante su partida queremos honrar la memoria de uno de sus más importantes miembros: Eduardo Ayalde González.


Eduardo nació empezando el siglo XX en el municipio de El Cerrito, Valle del Cauca, el 4 de octubre de 1926, y allí aprendería a querer el campo como el que más, pasión que nunca abandonó. Prosiguió sus estudios y se graduó como odontólogo ejerciendo brillantemente su profesión y siendo un reconocido líder gremial y por sobre todo hizo de su carrera un apostolado y dan fé de ello los cientos de personas que recibieron de su alma generosa atención gratuita, especialmente los más necesitados en las ciudades de Tuluá, Cerrito y Cali su área de influencia. 


Cuando llega a Tuluá en los 50´s a ejercer su profesión tiene la feliz fortuna de encontrarse con el periodo de la refundación del Club Rotario Tuluá y en el año de 1958 seria uno de los socios fundadores de este reconocido Club del que sería su presidente en el periodo 1963 – 1964; en 1968 la familia se traslada a Cali e  inmediatamente se incorpora al Club Rotario Cali y fue tan grande su liderazgo que en el periodo 1973 – 1974 fue presidente de este club, cargo que repetiría en 1991 – 1992.   


Por su perfil humano y su arrolladora personalidad ocupó altos puestos distritales y especialmente lo recordamos como Gobernador del Distrito 4280 en el periodo 1995 – 1996, en donde hizo una gobernación inolvidable y brindó su cariño, alegría y sapiencia a todos los clubes rotarios que conformaban el distrito en ese entonces. 


Su experiencia fue valorada por la Rotary y es por ello que fue nombrado representante del Distrito para el Consejo de Legislación que se realizó en la India y fue representante del Presidente de Rotary International en varias conferencias rotarias entre ellas la de Uruguay, Guatemala y Centro América.


Todo ello haría de Eduardo Ayalde un personaje importante del rotarismo colombiano, pero indiscutiblemente la principal virtud fue la de amar a Rotary sin límites. 


Fue un hombre que vivía 24 horas pensando en nuestra institución y fiel a sus principios estaba siempre en primera fila en todas las actividades locales, distritales e internacionales que se realizaban.  Posee tal vez el récord de asistencia a las conferencias distritales, y un aspecto que lo distinguía es que tuvo por más de 50 años reconocimiento de 100% de asistencia, pues inclusive en vacaciones compensaba en la ciudad o en el país que estuviera.

Eduardo, fue un hombre vital, alegre, sonoro, y quien nos brindó su amistad a manos llenas.  Fue un ser humano transparente, y quien nos enseñó a enfrentar los obstáculos con el optimismo desbordante que él siempre nos compartía. 


En 1996 siendo Gobernador fundó el Club Rotario Tuluá el Lago y me siento tremendamente orgulloso que fuera Eduardo quien me impusiera mi botón rotario. Por ello hoy quiero rendir homenaje a “mi padrino”, al hombre, al amigo y al rotario intachable que con su ejemplo nos enseñó el camino de cómo debemos querer y amar Rotary. Hasta siempre compañero. 

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