Por; Maria Victoria Jimenez Gómez - Directora del DEI D4271
Un día cualquiera las esposas de varios clubes rotarios de Antioquia, ubicados al sur de la capital, decidieron unirse para hacer ellas, obras de ayuda a la comunidad y así colaborar con la tarea de sus esposos.
Estamos hablando de la década de los 90, cuando aún las mujeres no eran bien aceptadas por los clubes rotarios, pero sí como esposas y damas que ayudaban en la tarea de servir. Así fue como nació al grupo denominado, Damas Rotarias unidas de Antioquia, DRUA, las cuales hasta hoy continúan trabajando por sus comunidades, gracias al liderazgo de sus fundadoras Sonia Ballesteros y María Elena Uribe y que hoy está presidida por Luz Marina Restrepo, hija de rotario.
Pero ya no son solo las esposas de los rotarios, con el tiempo fueron cambiando y con ellas la mentalidad de que las mujeres no eran aceptadas en los clubes rotarios. Ahora, son socias rotarias y de diferentes clubes, que continuaron unidas y trabajando por su gente y por servir a quienes lo necesitan.
DRUA se creó en 1999, con un propósito básico: mejorar la calidad de vida de las comunidades menos favorecidas y desde entonces han desarrollado una serie de proyectos que han impactado a varias comunidades en Antioquia.
Actualmente son 26 rotarias de los clubes Medellín, Medellín Bolivariana, del club rotario de Itagüí, del Itagüí Santamaria, del club rotario de Sabaneta, del de Caldas, entre otros, que conforman DRUA y que trabajan incansablemente en sus áreas definidas las cuales son:
El programa Solla, o Grano De oro, en donde les enseñan, a las madres cabeza de familia el manejo de la Solla (soya) como alimento básico y necesario, además de nutritivo. Su tarea es enseñarles para sacarle provecho. Es así, como aprenden a sacar la leche de Solla, con lo que queda les enseñan a preparar tortas, carne, maní y Kumis y de esta manera, no solo consiguen ayudar con el sustento diario, sino que dan una buena alimentación a sus hijos y a quienes lo necesiten.
El segundo programa que manejan es el de las casas o vivienda. Comenzaron haciendo mejoras a las casas de las personas que lo requerían, pero más adelante y de la mano aliada de la Fundación Berta Martínez, de Convid y de la Fundación la Aguja, crecieron este programa y cada año entregan una casa a una familia. Las condiciones son básicas: que tengan el terreno, propio y que no sea invasión para poder darles los servicios públicos, que sean familias bien conformadas, ojalá con niños y luego les colaboran y ayudan con la escrituración de sus viviendas, la cual entregan aperada con lo básico, dándole así felicidad a muchas familias.
El tercer programa destacado de DRUA, tiene que ver con la felicidad que cada año, en navidad donan a los niños de sus comunidades, haciéndoles una fiesta en donde les dan regalos, comparten una cena, hay actividades lúdicas y los niños disfrutan de una navidad inolvidable.
Igualmente, ellas como damas rotarias y socias, buscan recursos para dar auxilios o becas educativas, nada las detiene, hacen rifas, venden recetarios, reciben donaciones de las empresas y de particulares y cada vez se idean nuevas actividades para conseguir los recursos y poder cumplir con sus objetivos.
Estas 26 damas que componen DRUA, no se cansan, no se limitan, son creativas, no manejan la pereza, son solidarias, trabajan unidas y merecen todo nuestro reconocimiento y Admiración. Bien por ellas.