CÓMO MEJORAR LAS RELACIONES INTERPERSONALES EN EL CLUB A TRAVÉS DE LA COMUNICACIÓN NO VIOLENTA (CNV).

Por; PGD Consuelo Oviedo de Reyes - Instructora Distrital 4281

 

“Para la comunicación no violenta, las palabras pueden ser como muros que nos separan...o como ventanas que nos dejan ver el interior de la otra persona”

Rosemberg Marshall B.


Es frecuente que, en algunos momentos, algunas personas en el club experimenten el síndrome Burnout o síndrome de estar quemado. ¿En qué consiste? Es un estado de agotamiento físico, mental y emocional, causado por el cansancio psíquico o estrés que surge de la relación con otras personas en un clima emocional deteriorado dentro del club. Los síntomas más comunes son la depresión y la ansiedad, motivo por el cual algunas personas prefieren retirarse del mismo.

Se produce, por una falta de comunicación auténtica y de una comprensión errónea del otro. Filtramos las palabras, el tono o lenguaje corporal de la otra persona, a través de nuestros sentimientos, pensamientos e intenciones, provocando que nuestras interpretaciones no siempre se ajusten a la realidad. Reaccionamos entonces con agresividad o indiferencia y así cortamos la relación con nuestro compañero.


¿Qué podemos hacer frente a esto? Impulsar una nueva forma de comunicación más auténtica y transparente, para volver a crear un ambiente emocional de seguridad y tranquilidad que cree relaciones interpersonales más auténticas y fuertes.


Una excelente estrategia, es la COMUNICACIÓN NO VIOLENTA, creada por el psicólogo estadounidense Marshall Rosemberg, en los años 60. ¿En qué consiste? Es establecer una comunicación de corazón a corazón entre las personas para reconectarse consigo mismo y con el otro. La misma está basada en tres aspectos fundamentales: 1.  La auto empatía, que consiste en reconocer y aceptar nuestros sentimientos y necesidades. 2. La empatía, basada en el reconocimiento de las necesidades del otro. 3. La auto expresión honesta, que es la capacidad de comunicar sus propios sentimientos.


Para llevarla a la práctica necesitamos cuatro etapas a saber:

 

Etapa 1. Observar la situación de manera objetiva en lugar de juzgar. Es la etapa más difícil. Hay que esforzarse para no introducir ningún juicio. Detallar los hechos concretos en un tiempo y contexto específico.


Etapa 2. Identificar y expresar los sentimientos y no esconderlos. Tomar el tiempo necesario para identificar y detallar emociones y sentimientos, sin introducir ningún pensamiento o juzgamiento. Por ejemplo, un socio puede expresar “siento que no he recibido un trato justo, me siento minusvalorado”, esto no debería expresarse de esta manera porque refleja un pensamiento propio y acusa al otro. Lo mismo puede expresarlo diciendo “me siento desanimado y con rabia. Una vez identificados los sentimientos, toca expresarlos al otro. Mostrarnos vulnerables crea una conexión empática con el otro y contribuye a reducir los conflictos.


Etapa 3.  Identificar y expresar necesidades en vez de crear estrategias. Los sentimientos y emociones expresan una necesidad profunda no satisfecha. Toca identificarlas y expresarlas desde la propia vulnerabilidad, a la otra persona.


Etapa 4. Pedir al otro una acción específica que contribuya a satisfacer la necesidad que tenemos, en vez de exigirle o esperar que adivine. Se debe usar un lenguaje claro, positivo. Pedir en lugar de reclamar, implica aceptar que el otro puede decirnos que no. Si el otro dice que no, podemos esforzarnos y ponernos en su situación para poder volver a hacer una petición más adecuada a las necesidades del otro. Cuando la otra persona no quiere hacer ningún esfuerzo por resolver la situación, no se puede hacer nada más, porque solo podemos cambiar lo que nos pertenece. Lo mejor en este caso es alejarse de esa relación y buscar otras personas que nos puedan ayudar.  Recordemos que es importante poder manejar un lenguaje emocional.  CUANDO YO…TÚ, esto quiere decir que debemos tener en cuenta que todos nuestros comportamientos afectan positiva o negativamente a las personas que nos rodean.


Recordemos siempre que, en caso de conflicto no debemos reaccionar en el momento, tenemos que tomarnos un tiempo de auto empatía y empatía hacia el otro y pedirle a la otra persona una acción concreta para poder salir de la situación.


Finalmente, la CNV nos ayuda a conectarnos con nosotros mismos y con los demás, permitiendo que aflore nuestra compasión natural. Nos orienta de tal manera que nos permite reestructurar nuestra forma de expresarnos y de escuchar a los demás, haciéndonos conscientes de lo que observamos, sentimos y necesitamos, y lo que les pedimos a los demás para hacer más rica nuestra vida y la suya. 


La CNV favorece la escucha atenta, el respeto y la empatía, y propicia el deseo mutuo de dar de todo corazón. Hay quien se sirve de la CNV para llegar a una mejor comprensión de sí mismo; hay quien aspira a llegar con ella a una relación más profunda con sus semejantes y hay quien quiere construir a través de ella unas relaciones más efectivas en su lugar de trabajo o en el campo político. En el ámbito mundial, la CNV sirve para resolver disputas y conflictos a todos los niveles.


BIBLIOGRAFÍA


Sánchez, L. José. Introducción a la comunicación no violenta. Editorial Acanto. 2019


La Torre Pilar. Fundamentos y práctica de la comunicación no violenta. Editorial Arpa. 2018


Marshall Rosemberg. Resolver los conflictos con la comunicación no violenta. Editorial Acanto S.A. 2011

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