LA FORTUNA DE AYUDAR A 50.000 PERSONAS

Por;  Rodrigo Castro Presidente Rotary E Club Sogamoso Global 2020-2022

 

En estos 3 años como presidente de mi club  vi a niños con parálisis cerebral severa  que gritaban continuamente del desespero, y vi a  mujeres totalmente  quebrantadas que  durante años han vivido marcadas por la violencia y carentes de paz o de consuelo.


Vi personas que al   recibir ayuda, se arrodillaron y me besaron las manos, y vi a otras personas que al recibir la misma ayuda, no voltearon, no agradecieron y en silencio se marcharon.


Vi a un hombre que del dolor solo sufría, respiraba y lloraba como si cada músculo de su cuerpo hubiese sido desgarrado. Y recuerdo a un niño pequeño que abrazaba fuertemente  a su madre, como si eso fuese lo único necesario para que todos los problemas del mundo estuviesen solucionados.


Vi a muchos niños compartir alegremente el alimento, y vi a otros niños que ante la escasez se acostumbraron a rapar y comer inmediatamente todo, aunque no quedara ni una migaja ni para el futuro ni para sus otros hermanos.


Vi a 6 personas dormir en piso de tierra,  sin luz y con roedores moviéndose  como si fuese una madriguera. Y más tarde, al final de la jornada,  cuando me acosté en mi cama, me di cuenta de que era un ser realmente afortunado. Vi como la enfermedad y la muerte eran indiferentes respecto a madres e hijos, jóvenes o viejos,  ricos o pobres, o padres y hermanos, y al final les garantizo, que nadie tiene nada garantizado.


Y este es un pequeño texto que raya con lo bizarro. Un texto que se aleja de la felicidad rotaria y que nos recuerda el sufrimiento humano. Rotary nos permite forjar nuevas amistades, crear nuevas experiencias y ampliar nuestra familia como si tuviésemos nuevos hermanos. Pero siempre debemos recordar que vivimos en un mundo complejo, con pobreza, dolor, sufrimiento y enfermedad,  y que los rotarios somos seres afortunados, realmente muy afortunados.


Que tal vez el mundo es injusto, es cruel o es insano. Pero que somos las personas afortunadas las que podemos servir a los demás y realizar un verdadero cambio. Hace 3 años, empecé ayudando a un niño con Esquizencefalia bilateral de labio cerrado, seguí ayudando a los demás al ver que era realmente afortunado, y ahora junto con mi club nos acercamos a los 50.000 beneficiarios.  Y me gustaría pensar que el mensaje de este texto no será totalmente etéreo, no se perderá en el aire ni se borrará a través del tiempo. 


Me gustaría que los rotarios que leyeran este mensaje se dieran cuenta que para cambiar el mundo no hay que ir muy lejos,  ni hay que recorrer mil mares para solo naufragar en un estanque de miedos. Solo hay que mirar a nuestro alrededor, apreciar, amar y agradecer lo que tenemos,  hay que ver la situación de los que sufren, de los enfermos y de los desamparados, y  trabajar   como si la vida fuese solo una, como si el tiempo fuese escaso y como si la bondad y el esfuerzo guiasen siempre el camino de los rotarios.

PARTICIPE Y COMENTE ESTA PUBLICACIÓN