LOS AÑOS DORADOS PASADOS EN LA VEGA

Por;  Enrique Ardila, Jairo Galvis -  Socios Club Rotario La Vega

 

La pirámide poblacional colombiana, ha venido cambiando en los últimos años, pasando de ser un país en donde la población menor de 15 años era muy importante, a ser un país en que el grupo poblacional mayor de 60 años se ha ido incrementando, lo que denota por supuesto un mejor grado de desarrollo económico, de salud y cultural.


Se dice que uno de los factores más importantes de este cambio, además del agua potable y las vacunas a nivel mundial, ha sido el cambio en los patrones nutricionales, además de que las familias han pasado de tener cinco hijos en promedio, a solamente dos o máximo tres, lo que ha permitido dedicarles más tiempo y más recursos para su desarrollo.


La Vega es una población que presenta un encanto importante no solamente para este grupo poblacional, sino para todos, como son, la cercanía de la capital por medio de una excelente carretera, un clima agradable todo el año, Seguridad y una amabilidad acogedora para todos, propios o visitantes.


En La Vega contamos con recursos importantes para el manejo de este grupo poblacional mayor, ya que contamos con la suerte de tener, no solamente casas tanto públicas como privadas dedicadas a este grupo etáreo, sino también con un hospital que posee un recurso humano calificado y con tecnología adecuada para el manejo de las principales patologías que eventualmente podrían presentarse en este grupo etario. La primera vez que en La Vega se habló de la importancia de tener una casa dedicada a las personas mayores, fue en las postrimerías de los años 50 del siglo pasado, mediante los buenos oficios del padre Daniel Ortega, “un cura joven, carismático, parrandero y emprendedor”, según las palabras del compañero rotario Jairo Galvis, cuando se creó el Ancianato San Cayetano.


La historia cuenta que recién inaugurado éste ancianato, el premio mayor de las carreras de caballos del 5 y 6, cayó en manos de una persona muy generosa llamada, Jaime Pulido, quien fue un de las personas que más contribuyeron al desarrollo de esta obra. Hecho que algunos lo han atribuido inclusive a un milagro.


En un principio esta casa para las personas mayores fue administrada por algunas personas del municipio, para luego pasar la administración a las Hermanas Dominicas entre quienes vale la pena destacar la labor llevada a cabo por la Hermana Mariana Gómez, quien lideró su organización y consecución de fondos para su funcionamiento. Los recursos para su funcionamiento han venido siendo suministrados por el municipio de La Vega y cabe destacar que, en su implementación y desarrollo, especialmente en la primera parte, hubo un gran aporte de personas privadas que, con sus generosas ayudas, contribuyeron de una forma importante a que esta obra saliera adelante.


Las Hermanas de la comunidad de las Dominicas administraron esta casa para la tercera edad, hasta que sus directivas decidieron trasladarlas a realizar otras actividades y en la actualidad está dirigida por una persona nombrada directamente por la alcaldía de la municipalidad.


Los rotarios de La Vega hemos estado siempre presentes en esta obra, en un principio ayudando al sostenimiento del servicio de enfermería, donando un dinero que cubriera los gastos de una auxiliar que se ocupaba de administrar los medicamentos a los internos que los requirieran, con ayuda de Rotary International y de otros clubes, bajo, el liderazgo de la compañera rotaria Esperanza López de Aguilar, quien animó a mejorar su estructura física. para poder prestar una mejor calidad de vida de las personas internas, con la dotación de una nueva batería de cocina, la remodelación de los baños, la dotación de camas y colchones, proporcionándoles una mejor  calidad de vida durante el tiempo que estas personas mayores permanecieran en ese hogar San Cayetano. Los recursos fueron obtenidos mediante obras sociales dentro de la comunidad veguna y el concierto ofrecido por la cantante lírica Martha Senn entre muchas otras actividades más.


Los rotarios hemos institucionalizado, ofrecer un desayuno mensual en el ancianato, en el cual, compartimos de una manera agradable y simpática con los internos proporcionándoles un rato de esparcimiento y alegría, a estas personas,  algunas de las cuales, abandonados por su familia y la sociedad.


¡Por todas estas consideraciones es que La Vega es un excelente sitio para pasar los últimos años de la vida!!!

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