Recuerdo a una reina de belleza aquí en Colombia que tenía un currículo de ingeniera, dos maestrías y especializaciones. Y cuando le preguntaron la edad dijo: 18 años. Afortunadamente yo estoy cerca de los 80. A mi si me cabe el currículo por lo menos en la cronología.
Gracias Salvador por recordarme tan gratos momentos de vida rotaria.
Al entrar en mi biblioteca de Villa de Leyva hay una placa que dice; “Si aspiras a la felicidad, no esperes a la gratitud”. Y realmente estos momentos de agradecimiento me llenan de satisfacción. Pero no los espero, nunca los espere y nunca los esperaba. Simplemente actué con coherencia entre lo que pensaba, hacia y decía. Yo creo que este no es el momento para decirles a ustedes las razones por las cuales no estoy en Rotary sino el momento para decirles porque estoy hoy aquí en este emocionante momento rotario: La respuesta esta en ustedes: La amistad.
He recibido abrazos, abrazos y abrazos, más besos y más abrazos. Esa es una compensación más que suficiente para una vida de servicio de rotario. Y si le ponemos la placa es mucho mas emocionante. Lo que pasa es que, a mi edad, las placas comienzan a parecer lapidas. Esos abrazos me confirmaron que el camino no lo hice solo. En este camino muchos de ustedes me inspiraron para trabajar, muchos me dieron animo cuando el espíritu flaqueaba y esta es la gran recompensa. Por eso quiero compartir este homenaje con personas con las que estoy ligado de corazón y a quienes debo hacerlo por gratitud. Y comienzo por el gran maestro de Rotary el Dr. Carlos Canseco cuyo nieto Mauricio esta hoy con nosotros. Conocí a Carlos en Tampico – México cuando fui a representar al presidente y luego de escucharlo se paro con esa elocuencia de él y dijo: Tú vas a ser director de Rotary y así fue: Marco mi carrera realmente. Carlos fue un Rotario extraordinario, pero no deseo hacer más énfasis porque me tocaría hablar eternamente de mi experiencia con Frank Devlyn y ______ su hermano. Memorando a Bernardo Guzmán, gran colombiano el otro rotario que ha alcanzado más altas posiciones en la organización. No voy a mencionar mas nombres para no equivocarme, pero quiero hacerle un homenaje a lo que Bolívar llamaba: “mis amigos subterráneos”: Muchos se que están escuchándome desde el más allá y saben que de corazón les agradezco profundamente.
Debo agradecer también a mi familia, representada aquí con mi hija Vicky y por mi sobrino Daniel y mi hermano Guillermo que están hoy aquí acompañándome en esta noche. Sin la familia esto no hubiera sido fácil. Y un mensaje muy especial para mi exseñora Myriam a quien muchos de ustedes conocen y muchos la han preguntado. Un agradecimiento a especial a Patricia, quien me está acompañando en este segundo tiempo de mi vida rotaria y mi vida personal.
Presidente Francisco: Usted tiene un lema fantástico: Unidos para hacer el bien. Y es fantástico porque lo que nos une, la amalgama que nos atrae en Rotary se llama la amistad y usted aquí en esta noche une, con momentos de amistad. Tenga la certeza que esa unión que usted busca se va a lograr a través de la amistad.
A todos ustedes muchas gracias y a todos ustedes nuevamente no tenga palabras para agradecerles
