Por; Consuelo Oviedo de Reyes Instructora Distrital 4281
De manera permanente, no solo en Rotary sino en nuestra vida profesional, estamos enfrentados a asumir el rol de facilitadores. ¿Estamos preparados para asumir esta responsabilidad? Es bueno que revisemos lo que implica una buena facilitación. Cómo primera medida, como facilitadores, debemos tener en cuenta unos aspectos que son importantes:
1. CONOCIMIENTO. Debemos manejar con propiedad el tema o temas que vamos a compartir y estar de manera permanente, actualizando nuestros conocimientos. Aprender nuevos conceptos que nos ayuden a ver las cosas de manera diferente y que abran nuestra mente a nuevas posibilidades.
2. METODOLOGÍA.No solo hay que conocer sino saber cómo lo vamos a transmitir. Se requiere saber cuáles son los pasos por seguir de manera detallada y sencilla. Que tengan un orden lógico y que sean fácilmente asimilados por los participantes.
3. PRÁCTICA. Hay que tener claridad sobre cómo lo vamos a desarrollar. Aquí es tan importante el qué como el cómo. En la medida de lo posible haber desarrollado las actividades antes de llegar a la población objetivo.
Otro de los factores fundamentales que debemos tener en cuenta es la creación de un entorno adecuado para el aprendizaje, este es tan importante como los contenidos y la metodología que se vayan a utilizar. Pero ¿cómo lograrlo? Un entorno positivo para el aprendizaje es aquel en el cual se ha creado una seguridad psicológica, de tal forma que los participantes se sienten tranquilos y seguros participando y preguntando, porque saben que sus puntos de vista serán tenidos en cuenta y que sus preguntas serán respondidas. Para esto es necesario iniciar la actividad con un rompe hielo, que lleve a los asistentes a conocerse entre sí, establecer unas reglas de comunicación, decirles que se espera que todos participen y que todos tendrán la oportunidad de hablar, animarlos a que hagan preguntas, recordarles el respeto que deben tener frente a las opiniones de los demás y algo muy importante facilitar la oportunidad de cambiar de interlocutores de manera permanente. Hay otros tres momentos que es necesario tener en cuenta durante este proceso de facilitación: antes, durante y después de la facilitación.
ANTES DE LA FACILITACIÓN.Lo más importante es pensar en las habilidades y/o comportamientos que queremos que los participantes puedan utilizar después de la sesión, luego hay que pensar de qué manera se va a desarrollar la capacitación y aquí es necesario practicar la presentación, preparar los puntos más importantes que se quieren resaltar, programar las preguntas, revisar el lenguaje corporal, también es importante preparar a los participantes enviándoles previamente algún documento para su estudio, o enviarles preguntas para generar inquietudes y o asignarles alguna tarea específica y algo muy importante, preparar el lugar donde se va a desarrollar la actividad para que sea cómodo y adecuado para la ocasión.
DURANTE LA FACILITACIÓN. Aquí es muy importante el control del tiempo, el manejo de actividades que permitan la interacción de los participantes, por eso se sugiere el trabajo en pequeños grupos que permite una mayor interacción, sobre todo a las personas tímidas, que no logran hacerlo en grupos grandes, el trabajo a partir de talleres que facilita la construcción colectiva de conocimientos y finalmente el manejo de participantes con comportamientos problema, con ellos hay que involucrarlos y no dejarse desajustar.
Finalmente, hay que DESPUÉS DE LA FACILITACIÓN, ayudar a los participantes a recordar lo tratado. Para esto es importante que se reflexione sobre lo aprendido, se pueden desarrollar discusiones en pequeños grupos, también utilizar videos, hacer preguntas, compartir las conclusiones por las redes sociales.
Ser facilitador es un honor, por lo tanto, debemos asumir ese rol con mucha responsabilidad y entusiasmo. Siempre es bueno tener en cuenta el siguiente mensaje “Cuéntame y olvido, enséñame y recuerdo, involúcrame y aprendo”
