TODOS LOS ROTARIOS TENEMOS UNA HISTORIA QUE CONTAR

Por; EGD Efraín Marmolejo Varela. Distrito 4281. 

 

Los clubes rotarios jóvenes o de un recorrido más extenso, a lo largo de su vida han realizado obras que son fundamentales en la historia de sus ciudades y de sus regiones.  Con el paso de los años estas gestas se van olvidando, y en las brumas del olvido quedan sepultadas las grandes acciones realizadas por rotarios visionarios que permitieron que sueños sociales en su momento se volvieran realidad. La invitación es que cada uno de los clubes rotarios se empodere de su historia y que los grandes y pequeños proyectos que hemos realizado sean visibilizados y reconocidos por nosotros mismos y por nuestras comunidades y créanlo haciendo este ejercicio de reconstrucción de memoria rotaria nos llevaremos grandes y positivas sorpresas al observar que en la construcción de proyectos de ciudad y de las comunidades los rotarios hemos estado presente. 


No permitamos que el olvido se apodere de lo hemos hecho, nuestras “acciones” son nuestro más valioso activo y nos sirven de referente positivo para realizar las que estamos haciendo y de faro para saber que podemos llegar hasta donde nuestra visión nos lleve. Busquemos estas historias en los documentos y en la memoria oral de rotarios que nos precedieron.  Quiero compartir un momento rotario que sucedió en mi ciudad Tuluá:   La empresa Cicolac (hoy Nestle) donó al municipio un lote para que se construyera allí un parque y tenía la condición que si en un lapso especifico de tiempo no se había realizado ninguna obra en él, el lote volvería a manos del donante. Estaba de alcalde encargado Alfonso Henao y le avisaron que el término estaba venciendo y con esta noticia comentó el tema en una reunión del Club Rotario Tuluá e hicieron una alianza salvar este proyecto y se recuerda con especial deferencia la actuación de los rotarios Alonso Lozano, Enrique Giraldo, Francisco Caballero Ortega, Toño Restrepo entre otros, quienes inmediatamente se pusieron manos a la obra, y colaboraron para cortar el pasto, hacer una cancha de futbol y empezar con unos buldozer a hacer la excavación para la piscina. Paralelamente los miembros del Club Rotario de Tuluá de esa época, con gran capacidad de gestión y con excelentes relaciones publicas visitaron el Ingenio San Carlos, una importante empresa de Tuluá que tenía su propia fundación y le expusieron la situación y que ésta era una gran oportunidad para que este municipio tuvieran un parque ecológico y recreativo en un estratégico lugar a la salida sur de la ciudad y es así como ellos de manera altruista se apersonaron de esta idea y hoy contamos orgullosamente con el “Parque Carlos Sarmiento Lora”, entidad que es referente en el Valle del Cauca en esta área recreativa y que fue inaugurado el 7 de abril de 1984 por el Presidente Belisario Betancur Cuartas y doña Maria Cristina Palau de Sarmiento.  


Si no hubieran los rotarios unido al municipio de Tuluá, a la Fundación Sarmiento Lora y a Cicolac, muy posiblemente este lote se hubiera perdido, y nunca se hubiera desarrollado un parque de estas dimensiones.  Esta historia no está en ningún documento público, está en la memoria de nosotros y es un ejemplo de lo que hacemos los rotarios.  Si no la rescatamos, el olvido la devorara y perderemos un gran insumo motivador a las futuras generaciones, para que sepan que Rotary a través del servicio, cambiamos vidas.

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