EL LIDERAZGO DE PRESENCIA: EL EJEMPLO VIVO DEL ROTARIO COMPROMETIDO

PGD Jaime Humberto Solano Ruíz

 

En la vida rotaria, el liderazgo no se mide por los títulos, las distinciones o los años de vinculación al rotarismo, sino por la presencia consciente y activa que cada rotario aporta a su club. Un liderazgo de presencia significa estar plenamente enfocado en el momento actual, vivir cada reunión, cada proyecto y cada intercambio con atención, empatía y propósito. Es la capacidad de escuchar con el corazón, mirar con respeto y actuar con coherencia.

Este tipo de liderazgo genera un ambiente de confianza, seguridad y pertenencia, cualidades esenciales para el fortalecimiento de cualquier club rotario. Un líder presente no impone, inspira. No delega su compromiso, lo comparte. No solo comunica con palabras, sino con acciones visibles y con el ejemplo constante de su servicio.

En cambio, el liderazgo de ausencia —ese que se manifiesta en la distancia, en la falta de acompañamiento o en la participación esporádica— debilita los lazos de amistad y compromiso que sostienen a Rotary. El líder ausente se comunica por mensajes impersonales o interviene solo cuando las circunstancias lo exigen, olvidando que el liderazgo rotario se nutre de la convivencia, la presencia física y el trabajo conjunto.

La presencia rotaria no es solo asistir; es estar realmente, con mente, corazón y espíritu en sintonía con el propósito común. Es llegar a una reunión dispuesto a escuchar, a colaborar, a motivar y a aprender. Es poner el teléfono a un lado para mirar a los ojos, sonreír, reconocer el esfuerzo de los demás y transmitir energía positiva.

Ser líder de presencia es servir desde el ejemplo, cultivando la empatía, la escucha activa y la autenticidad. En Rotary, donde la amistad y el servicio son los pilares de la acción, el liderazgo de presencia transforma la dinámica de los clubes, fortalece la confianza mutua y hace realidad el lema de “Dar de sí antes de pensar en sí”.

Un rotario verdaderamente presente inspira a su club no solo con discursos, sino con la fuerza silenciosa de su compromiso constante. Y en un mundo cada vez más digital y disperso, el mayor regalo que un rotario puede ofrecer a su club es su presencia plena: la que motiva, orienta y deja huella.

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