Por; PGD Jaime Humberto Solano Ruiz
Cada vez que termina un año Rotario, se conoce el aumento o disminución de la membresía de un club y por ende de un distrito. Esta situación se ha vuelto tan normal que somos indiferentes a resultado que se obtenga. En las diversas capacitaciones Rotarias que organizan nuestros gobernadores a través de sus comités de membresía, se motiva a los actuales rotarios a realizar diversas acciones que permitan aumentar el número de socios de los clubes y así lograr que las metas que se desean obtener, tengan un mayor impacto en las comunidades; pero se está olvidando realizar acciones para los socios que actualmente están vinculados a nuestros clubes.
Es hora de reflexionar: ¿Por qué se están marchando los actuales socios? Las razones que se escuchan son múltiples y algunas de ellas son: En primer lugar, que el club no llena sus expectativas de servicio a la comunidad debido a que las obras que realizan no eran lo que deseaba ejecutar; en segundo lugar, el valor de las cuotas mensuales que cada club rotario tiene determinada; en tercer lugar el no sentirse a gusto con un compañero(a) y se prefiere el retiro antes que generar malos entendidos. Lo cierto es que cuando a un socio le comienza a rondar la idea de su retiro, se vuelve más exigente en “pedir” determinadas acciones para presionar el cambio de los propósitos que todos como equipo han trazado en un determinado año Rotario.
Es hora de volver a repensar este concepto: Si el fundamento de los Rotarios es la vivencia de la amistad como motivación para prestar un servicio a la comunidad, ¿Realmente su club rotario está generando espacios de amistad e integración entre sus socios? La amistad no nace del simple encuentro entre dos personas una vez por semana o quincenalmente y en un lapso de 2 horas de nuestra reunión sino en la posibilidad de abrir encuentros de conocimiento e integración que me permiten aceptar al otro como es, comprender sus vivencias y experiencias y entender el porqué de su actuar ante ciertas circunstancias que se vive en nuestros clubes.
Todo lo anterior es lo que se nos dicho de la membresía. Ahora le invito a complementarla con estas premisas:
• Membresía es mi actitud personal ante un trabajo en equipo en busca de un objetivo.
• Membresía es hacer que un compañero del club siempre tenga compromisos y responsabilidades dentro del mismo.
• Membresía es capacitar el socio en los objetivos de Rotary que le permita una mayor permanencia en la organización.
• Membresía es evaluar como club las situaciones de convivencia que tenemos en nuestro vivir Rotario, mediante la generación de diálogos abiertos, con metodologías apropiadas que permitan encontrar el origen de nuestras diferencias.
• Membresía es nuestra actitud de aceptar las diferencias que existen con mis amigos rotarios y potenciar las fortalezas que todos poseemos.
• Cuando alguien se va de nuestro club, el numero afecta pero también lo debe estar nuestro corazón.
• Membresía no es solo un número. Membresía es mi actitud como Rotario.