Por; Jaime Humberto Solano Ruíz
Cerca de la finalización del 2020, debemos reconocer que este año, ha estado cargado de grandes sorpresas para nuestra vida rotaria, personal, familiar y laboral. Si nos detenemos a hacer un análisis de lo que esta situación nos está dejando como enseñanza, podemos hacer las siguientes reflexiones:
Lo primero es que este fue un año de dolor y una nueva realidad virtual. Un año donde no pudimos compartir físicamente con nuestros compañeros Rotarios, no hubo abrazos y saludos de mano afectuosos, solo la videoconferencia impersonal a través de la pantalla bien sea la de nuestro computador o la del celular. Pero peor aún, hemos perdido dolorosamente a compañeros Rotarios por la pandemia del COVID. Su dolorosa ausencia, deja importantes vacíos en nuestra mesa rotaria, disminuyendo nuestras acciones ante la comunidad y un profundo dolor en nuestro corazón. Esta enseñanza labrada por el dolor nos enseña que debemos retejer nuestras vidas y estar preparados para entender que la vida es frágil y que no siempre nos resulta todo como la planeamos.
La segunda enseñanza, es que frente a este cambio nos toca ser resilientes planteando nuevas maneras de enfrentar nuestros proyectos rotarios. Replantear y convertir amenazas en oportunidades porque las actividades y formas de vivir y trabajar, no volverán a ser como antes, sin posibilidad de retorno. La comunicación virtual ahora es obligatoria, haciendo que algunos compañeros se vean alejados de nuestros clubes por su negación a actualizarse o a aceptar este tipo de interacción. Ya no hay abrazos, ni acción directa y personal en nuestro servicio a la comunidad. ¡¡¡¡Solo podemos añorar como era todo eso!!!!
La tercera enseñanza no la están dando nuestros presidentes de los clubes rotarios en este año. No ha sido fácil mantener la llama ardiendo cuando sentimos a nuestros compañeros desmotivados y llenos de temor por lo vivido. Han sido muchas las labores, programas, acciones que se han ideado en búsqueda de reinventar el ánimo y seguir compartiendo nuestro proyecto de vida. Todo ha sido cálculo y error. Para algunos rotarios el tema está ya asimilado y superado, pero para otros no y se rehúsan a este tipo de reuniones virtuales. Bien dice el dicho, que el miedo es gratis y cada uno toma el que desea, por eso, la enseñanza de este año radica en la innovación de las reuniones, de la participación, de la forma como se hacen las actividades de recaudo de fondos y de encuentro con las comunidades. Este 2020, recordaremos, lo que había afirmado, hace muchos años, nuestro fundador Paul Harris: “En Rotary no hay nada que sea tan sagrado, que no pueda cambiarse para mejorarlo” o como este otro lo afirma: “Este es un mundo cambiante. Debemos estar preparados para cambiar con él. La Historia de Rotary tendrá que ser escrita una y otra vez.”
Que el próximo año 2021, nos reafirme que nuestro deseo de seguir luchando por nuestra alegría, en la vivencia de la amistad y por ende en el servicio a la comunidad. Si en algún momento deberemos echar un paso atrás, que solo sea porque necesitamos impulso para que nuestro salto sea más largo y nos permita llegar a nuestras metas de realización en esta vida. Feliz Navidad para todos los Rotarios de Colombia y el mundo y un año 2021 con nuestras experiencias por vivir.
