En general, continuamos aplicando la simbología secreta de los hermanos masones.

La importancia de la Imagen Pública de Rotary para hacer alianzas con el mundo del sector empresarial”

Por; PDR Jose Antonio Salazar Cruz

 

Queridos amigos todos: 

Omitimos medir el impacto del Club Rotario en su área de influencia. Este es, por lo general, inversamente proporcional al tamaño de la comunidad: un club pequeño, en una comunidad pequeña, frecuentemente impacta más que clubes numerosos en las grandes ciudades en donde pasan desapercibidos. Qué tan aventurada, es la idea de que la identidad de Rotary sea plural, inclusiva, respetuosa de las diferencias, unida en el concepto del servicio y la búsqueda del bien común?  Así su imagen. 

Identifiquémonos en lo que nos une, sin perder nuestra individualidad. Mantengamos una identidad congruente con la circunstancia de cada uno, como pedía el filósofo español Ortega y Gasset.

SIMBOLO 

EL SÍMBOLO como concreción de la imagen. Desde1906, el símbolo universal de Rotary ha sido la Rueda, la cual, con muy pocas variaciones, ha resistido heroicamente los embates por cambiarla. Nuestra rueda rotaria, ¿es nuestra identidad?  ¿Nuestro símbolo es igual a la sombra que proyecta? ¿Refleja “Dar de sí antes de pensar en sí” o “Se beneficia más quien mejor sirve”? 

La semiótica interpreta la rueda como movimiento, acción; que sea dentada indica trabajo, la chaveta muestra que mueve un engranaje, sus 24 dientes reflejan el trabajo continuo 24 horas, los seis radios, el compromiso de toda la semana, etc. Todo es verdad, Pero ¿Eso somos?

Edificamos monumentos en los cuales colocamos ruedas misteriosas – símbolos- avisos en las carreteras y aeropuertos, en un lenguaje que podría asociarnos con algún molino o una ferretería. Sólo los entendemos los rotarios. En general, continuamos aplicando la simbología secreta de los hermanos masones.

En este mundo virtual, muchos creen que basta un toque de pantalla para cambiar la realidad, no la virtual sino la cotidiana. Caemos en la tentación facilista y fatua de la publicidad endogámica, por y para nosotros mismos. Nos gusta distribuir volantes dentro del recinto de la reunión, felicitándonos a nosotros mismos por los logros obtenidos en la última campaña, o los que vamos a obtener la semana entrante. Muchos equivocadamente creen que sencillamente cambiando el símbolo, mejora la imagen. No.

A nadie se le ocurriría cambiar LA CRUZ, símbolo milenario de cristianismo, a pesar de los escándalos de la iglesia o la MEDIA LUNA, del islam, un verdadero ejército, ayer disciplinado y poderoso, hoy decapitado y anárquico, devorándose a sí mismo en un maremágnum terrorista. El hinduismo, la más pacífica de las predicaciones, no cambió LA CRUZ GAMADA, símbolo de bienestar para ellos, pese a la esvástica fatídica del nazismo que la usurpó.
Los grandes símbolos son inmutables… se repiensa a la espiritualidad, para separarla de los ritos superficiales y acercarnos a los valores universales del humanismo, integradores, incluyentes, sin tocar los símbolos. Lección para Rotary.

Hemos sucumbido a la tentación de cambiar los símbolos o introducir otros para “mejorar” el mensaje. Tenemos un símbolo, rueda amarilla modificada, para Rotary, otro para La Fundación Rotaria, otro para la campaña Polio Plus, una multitud de logotipos, lemas e imágenes para nuestros múltiples programas: Rotaract, Interact, convenciones, Grupos de Fomento Vecinal, conferencias distritales, institutos de zona. Yo, que hoy crítico, también pequé. La costumbre me llevó a crear mi propio símbolo cuando tuve la alta responsabilidad y honor de convocar a la Asamblea Internacional de Gobernadores en San Diego en el 2010. Afortunadamente pocos lo recuerdan. Mea culpa. Este Foro, tiene también su propio logo. Podría seguir enumerando muchos más, pero creo que el punto queda ilustrado.

 No sé de alguien a quien se le haya ocurrido comparar esta situación con la sobria política de corporaciones como Mercedes Benz, Apple, Nestlé, Mc Donalds, Nike o Coca Cola, las cuales invariablemente utilizan por décadas una sola imagen para identificar sus productos.
 A propósito de Coca Cola, el CEO logró una cita con Dios, así tuviera que morir, para proponerle cambiar en el Padre Nuestro, oración de los católicos, “el pan de cada día”, por “La Coca Cola de cada día”. Sin darse por vencido ante la reticencia y repetida negativa de Dios, no cesaba de ofrecer dádivas a la Iglesia, millones de Euros en regalías, hasta que llegó a una cifra asombrosa, aun para el mismo Dios. Entonces escuchó cómo llamaba a San Pedro para decirle: “Pedro, busca el contrato ese con los panaderos y mira cuando vence”.

Cuando un producto lleva por años el mismo logo, identificable, y siempre accesible y de fácil lectura, uno de los resultados positivos es que el usuario percibe una identidad clara y confiable, y que la imagen de lo que está “comprando” corresponde a una realidad objetiva de calidad y no a una oportunista creación, más o menos artificial, de manipuladores de la comunicación.

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