Cambiaron los tiempos, compañeros. He aquí una importante lección para nuestro tema de hoy: Cuando Rotary propone proyectos grandes, ambiciosos y bien planteados, puede atraer a muchos para unirse a nosotros.

Por ; PDR Jose Antonio Salazar Cruz

Queridos amigos todos: 

IMAGEN:

La imagen debe ser una proyección de la identidad que viene a la mente ante la llamada de un símbolo o de una palabra.

La imagen es la sombra de lo que somos, clamaba Platón en su poderoso discurso de la caverna que finalmente se ilumina. La imagen, no es lo que somos, sino la forma como nos proyectamos y nos ven los demás. Recuerden ustedes el antiguo mito de Narciso, el joven que se enamoró de sí mismo, al contemplar su imagen en el estanque. (Lámina 20) Caravaggio, 1571-1610? 

Creo que aquí debemos confesar un pecado. Aunque la pregunta sea inquietante: ¿Ha pensado alguno en la posibilidad de que, a la manera de Narciso, los rotarios estemos enamorados de nuestra propia imagen? ¿Ha pensado alguien en la conveniencia o inconveniencia de que algunos quieran imponer a todos los demás su propia imagen del ideal universal de Paul Harris?

Todavía no se define unánimemente qué significa “Imagen Pública de Rotary”. Parafraseando la respuesta de San Agustín con relación al concepto de tiempo: “Si nadie me lo pregunta, lo sé; si alguien me lo pregunta, no lo sé”.

Digamos sin embargo que: “UNA BUENA IMAGEN DE UNA ORGANIZACIÓN, REFLEJA LOS VALORES Y POTENCIAS QUE INVITAN A PERTENECER A ELLA”.  Mantiene el elemento subjetivo del interés individual, así como la definición aristotélica de belleza: “Calidad del objeto que incita a poseerlo”. El interés por fortalecer nuestra imagen surgió de la necesidad de buscar recursos económicos para financiar la gigantesca empresa de la erradicación de la polio en el mundo. 

Anteriormente, siempre aplicábamos la máxima de San Mateo: no dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha. Con la campaña Polio Plus, nos vimos en la apremiante necesidad de mostrar al mundo lo que habíamos hecho y lo que hacíamos, para motivarlos a apoyarnos. Y lo logramos. Gobiernos, Organizaciones internacionales, ONGs, grandes empresarios, nos apoyan. 

Cambiaron los tiempos, compañeros. He aquí una importante lección para nuestro tema de hoy: Cuando Rotary propone proyectos grandes, ambiciosos y bien planteados, puede atraer a muchos para unirse a nosotros. Ser los generadores y líderes de una acción viable, de trascendencia humanitaria, invita a otros a subirse al tren de la victoria. Desde Polio Plus nos venimos preguntando, como organización, ¿Cuál es la imagen que queremos proyectar? ¿Cómo queremos ser conocidos y cómo deseamos ser diferenciados de las otras organizaciones de servicio? Supimos que había que responder a preguntas claves: (Lámina 25 Preguntas no tan sencillas) ¿Qué? ¿Quién? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Con qué? ¿Por qué? ¿Para qué?

Hoy, muchos, estamos confundidos con las respuestas y siguen muchas preguntas sin respuesta.

En ocasiones, las circunstancias de nuestra época llevan a que los líderes de las organizaciones, motivados por un deseo de obtener mejor imagen, caigan en el síndrome de la negación y de la falsa autoimagen. La negación es la ausencia de la necesaria y enriquecedora autocrítica; es no reconocer los propios defectos; es la repulsión sistemática de la divergencia; es la promoción del unanimismo y el sacrificio de los que se atreven a pensar por fuera de la órbita tradicional. 

El mito de Narciso, repetido una y mil veces. Soy bello, soy el mejor. La negación, conduce a una falsa autoimagen, promovida por líderes quienes desean acercar ficticiamente a la organización a su ideal y a sus metas, casi siempre numéricas, para aparecer como triunfadores, convirtiendo éxitos efímeros en campañas ganadoras y simulando triunfos pírricos como grandes victorias. 

Muchos son honestos soñadores enfrentados a gigantes molinos... otros, meros buscadores del fácil aplauso.

¿Que nos identifican como una élite? Aceptémoslo; seamos una élite de servicios. Estemos orgullosos de serlo y hagamos méritos para serlo. ¿Que nuestra membresía ha envejecido? ¿Quién no envejece? Mostremos la estadística que muestra cuantos de cada cien socios son menores de 50 años. Mostremos Interact y Rotaract, Intercambio de Jóvenes y Profesionales.

Olvidemos las soluciones baratas como teñirse el pelo, sacarse las arrugas con el cirujano, o meter la barriga a la hora de la foto. Después de todo, la autenticidad ofrece la inmensa ventaja de estar de acuerdo con los postulados de la Prueba Cuádruple… 

Nuestra imagen, cualquiera sea, debe ser auténtica.

¿QUÉ IMAGEN QUEREMOS PROYECTAR?

Trabajemos por la idea del Rotary que soñamos que puede y debe existir, y que estoy seguro todos los presentes llevamos dentro. Para decirlo con todas sus letras: forjemos la identidad a la cual aspiramos. La imagen ya corresponderá.

¿Queremos que se nos reconozca como líderes?, Lideremos. Vamos a las causas de los problemas. Multipliquemos campañas como la de Polio y en lugar de hacer hospitales, vamos a la vacunación. A cambio de ayudar a hospitales para tratar niños quemados por la pólvora, promovamos leyes que prohíban su uso. 

En lugar de hospitales para madres y niños desnutridos, creemos fuentes de trabajo, eduquemos, hagamos que el molino produzca para todos. Creamos orfelinatos en lugar de crear conciencia sobre la planeación familiar. Regalamos pozos de agua en lugar de luchar contra la corrupción de los gobiernos llamados a hacer estas obras de infraestructura.

¿Queremos una imagen de honestidad y confiabilidad? 

No necesitamos una fotografía en la cual salgamos todos vestidos de banqueros suizos. Seamos honestos y confiables hasta el fanatismo. Rotary y la Fundación tienen que operar sin la menor mácula; los responsables del gasto, a todo nivel, deben rendir cuentas de claridad absoluta al final de su ejercicio. 

Seamos intolerantes con la deshonestidad y aún con la duda y no confundamos la tolerancia con la complicidad. Cumplamos rigurosamente los compromisos y obligaciones. Cada uno de ustedes sabrá escoger.

Gracias.