VACUNACIÓN CONTRA LA COVID 19, UNA LUZ DE ESPERANZA

Por; RAFAEL ANTONIO NAVARRO ESPAÑA - Miembro Club Rotario de Cartagena 

Médico y Cirujano - Comité Bidistrital de Prevención de Enfermedades

 

La enfermedad por covid-19 sigue existiendo, sigue propagándose por el mundo, con casi 493 millones de casos confirmados y 6,57 millones de muertos en cerca de 200 países.  Estados Unidos, India y Brasil comandan con los mayores casos confirmados.  En Colombia a corte del 3 de abril teníamos un acumulado de 6.086.203 casos confirmados y 139.670 pacientes lastimosamente fallecidos por causas directas de esta enfermedad. 


El advenimiento de las vacunas nos ha dado una luz certera de esperanza.   La OMS (Organización Mundial de la Salud), ha avalado 9 vacunas para inmunizar a la población.   Estas vacunas en ensayos clínicos (no en la comunidad han demostraron una alta eficacia para combatir la enfermedad sintomática, que oscila entre el 50 y el 95%.  


Al mismo tiempo, la aparición de variantes genéticas del SARS-CoV-2 caracterizadas por elevados niveles de transmisión o letalidad ha originado interrogantes sobre la efectividad y la protección sostenida de los productos vacunales disponibles contra la enfermedad sintomática asociada con estas Variantes de Preocupación como las alfa, beta, gama y delta y ómicron entre otras.   


Es claro que, con los estudios realizados a nivel mundial, se concluye la eficacia de la función principal de las vacunas contra la COVID-19: evitar la muerte por el virus. En ellos se puede ver que las personas entre 60 a 80 años que no están vacunadas tienen un riesgo 25 veces mayor de morir por esta enfermedad.  De igual forma, tienen 18 veces más riesgo de ser hospitalizadas y 8 veces más probabilidades de infectarse. 


Consideramos que el programa de vacunación debe continuar e intensificarse. En nuestro país con la apertura de los grupos poblacionales a partir de los 3 años está generando un impacto positivo.   Los refuerzos autorizados para diferentes grupos poblacionales, los cuales muy probablemente serán cíclicos, permiten que la población esté protegida contra la enfermedad grave de la mayoría de las variantes de este virus.


Vacunarse es la mejor manera de desacelerar la propagación del COVID-19 y prevenir la infección por las variantes.

Incluso cuando las personas totalmente vacunadas presentan síntomas, estos tienden a ser más leves que en las personas no vacunadas. Esto significa que tienen muchas menos probabilidades de morir o ser hospitalizadas que quienes no están vacunados.


El impacto de las vacunas se nota en nuestro país.   A corte del 3 de abril el país tenía aplicadas 81.159.572 dosis de vacunas, con más de 30 millones de esquemas completos (no incluye refuerzos).    


La ocupación de camas hospitalarias, bien sean de camas de cuidados intensivos o no, están por debajo de un dígito porcentual, ocupadas por pacientes con Covid, lo que habla bien de resultados de la inmunización en nuestra población.


La ciudadanía tiene una misión fundamental pues de su compromiso con el autocuidado (lavado de manos, uso de tapabocas en espacios cerrados y para poblaciones especiales) depende que la propagación del virus sea menor, de acuerdo con lo señalado por distintas organizaciones internacionales y refrendado en nuestro país por la Asociación Colombiana de Medicina Intensiva y la de Infectología entre otras sociedades científicas.   


Como rotarios, debemos seguir siendo capaces de hacerle frente a esta situación de orden mundial la cual impacta a todos los estratos sociales, por lo que debemos apelar a nuestra humanidad, empatía, responsabilidad y, sobre todo solidaridad para ayudar a toda la población como lo hemos venido desarrollando a  través de campañas de fortalecimiento al sector salud, de apoyo a la comunidad en general,  pero por sobre todo, no debemos desfallecer en educación continua a la comunidad lo cual incluye exhortar a estar atentos a que logremos tener cobertura de vacunación que siga generando tranquilidad y seguridad para todos.

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