Por; Outbound Maria Camila Mendoza del CR Cúcuta II se encuentra en Alemania 24-25

Hola, me llamo Camila y estoy a punto de terminar una de las experiencias más maravillosas y transformadoras de mi vida: mi intercambio en Alemania. Al mirar atrás y pensar en todo lo que he vivido, solo puedo sentir una profunda gratitud y un cariño inmenso por todo lo que este tiempo me ha regalado.

Llegué con ilusión, curiosidad y un poco de miedo, sin saber exactamente qué me esperaba. Pero lo que encontré aquí superó cualquier expectativa. No solo conocí un país con una cultura rica, historia fascinante y paisajes de ensueño, sino que también encontré personas que me marcaron para siempre.

Mi host family ha sido uno de los pilares más importantes en este proceso. Desde el primer momento me acogieron con los brazos abiertos y me ofrecieron un verdadero hogar. Durante todo este tiempo me han apoyado, guiado y acompañado con un cariño inmenso. Su calidez y disposición me ayudaron a sobrellevar incluso los momentos más difíciles. Uno de ellos fue cuando me rompí el pie. Fue una situación inesperada y dolorosa, pero gracias al apoyo que recibí, pude seguir adelante con fuerza y ánimo. Ese desafío me enseñó mucho sobre resiliencia, empatía y el valor de contar con personas que te sostienen.

Además, tuve la oportunidad de vivir una de las experiencias más fascinantes de mi vida: el Europa Tour. Recorrer distintos países, ver paisajes que solo había imaginado, conocer culturas tan diversas, probar sabores nuevos y caminar por calles llenas de historia fue absolutamente inolvidable. Cada ciudad, cada conversación, cada paso me dejó enseñanzas, asombro y un corazón rebosante de felicidad. Aprendí tanto, no solo sobre el mundo, sino sobre mí misma. Me descubrí valiente, curiosa, abierta y capaz de disfrutar intensamente cada instante.

También viví la emoción de recorrer Alemania con el Deutschland Tour. Cada ciudad me ofreció algo único: desde su arquitectura impresionante hasta su historia conmovedora. Me enamoré más y más de este país. Aprendí a ver el mundo con otros ojos. A escuchar con atención. A valorar la diversidad. A respetar lo diferente. A sentirme parte de algo más grande.

Más allá de los viajes, también participé en actividades muy significativas junto a mi club alemán. Plantamos árboles como una forma de contribuir al cuidado del planeta, y fue hermoso sentir que, incluso desde un pequeño rincón del mundo, podíamos hacer algo positivo por el futuro. También colaboramos en el mercado navideño, una tradición preciosa en Alemania, donde pudimos compartir con la comunidad, vivir de cerca sus costumbres y aportar desde nuestro rol como intercambistas.

Y aunque el idioma fue un reto al principio, con el tiempo se convirtió en una herramienta para conectar, para expresarme, para pertenecer. Ahora, cada palabra que entiendo, cada frase que puedo decir, es un pequeño triunfo que celebro con alegría.

Estoy profundamente agradecida con el Rotary Club de Cúcuta II por hacer esto posible. Gracias por darme la oportunidad de crecer, de vivir nuevas culturas, de conocer personas increíbles y de expandir mi visión del mundo. Este intercambio ha sido mucho más que un viaje: ha sido una transformación personal, un despertar, una aventura que me acompañará por siempre.

Alemania me ha regalado recuerdos imborrables, y esta experiencia se queda grabada en mi corazón como uno de los capítulos más especiales de mi vida.

Gracias por creer en mí.