Un Paradigma de Trabajo en Casa

Juan David Mantilla Oliveros - Representante Distrital Rotaract
Distrito 4271 – RY 2019-2020

 

El proceso de adaptación al uso de las nuevas tecnologías ha sido un desafío para todas las personas de diferentes edades, de todos los estratos socioeconómicos, de todos los niveles de conocimiento, todo ello por seguir el ritmo de vida que este nuevo desafío de confinamiento nos ha puesto para el cual la gran mayoría no estaba preparada. Un ejemplo de ello son las plataformas digitales que nos han permitido estudiar, trabajar desde casa, jugar en línea, estar en contacto con nuestros amigos, con nuestros familiares y continuar con nuestras reuniones semanales sin necesidad de desplazarnos físicamente a algún sitio, y han marcado una nueva pauta en la organización y distribución de los diferentes quehaceres en nuestro día a día.

Como socios de la familia rotaria uno de esos “quehaceres” está en la necesidad intrínseca de seguirnos realizando diferentes preguntas: ¿Cómo puedo ayudar desde casa?, ¿Cómo puedo seguir trabajando por mi comunidad con tantas restricciones?, ¿con la emergencia económica debería seguir pidiendo ayuda a mis conocidos para el desarrollo de los proyectos? ¿mejor, ayudo a mi familia? La respuesta puede parecer muy obvia al entenderla como un SI rotundo, pero para llegar a ello, debemos no solo seguir adaptándonos a las circunstancias sino también cambiar nuestros paradigmas y dinámicas de trabajo voluntario desde el aspecto personal hasta el grupal. 

Cada reunión semanal que se realiza busca seguir generando una tormenta de ideas (Brainstorming) de como todos nos debemos reinventar constantemente en la formulación de proyectos de corto plazo (para el caso de ayudas a combatir el covid-19) y de largo plazo (para darle continuidad a nuestros proyectos sociales recurrentes). Es decir, entendimos que había que entrar a priorizar cuales podrían ser las necesidades inmediatas ocasionadas por la crisis actual y de que formas podríamos conseguir los recursos necesarios en el menor tiempo posible para llevarlas a cabo. 
Comprendimos también que los eventos para recolección de fondos que habitualmente se realizaban no podían llevarse a cabo y había que plantear otras estrategias para lograrlo, trasladándolos al igual que las reuniones a las plataformas digitales como lo son los bingos, torneos de juegos, crowdfunding, ventas de productos rotarios, entre otros. 

Entendimos también que el respaldo que nos brinda Rotary International es gigantesco, no solo por las posibilidades de acceso a colaboración internacional sino también para crear alianzas con otras organizaciones, con otras instituciones publicas y privadas, poniendo así a funcionar el engranaje de nuestra rueda logrando trabajar en equipo y unir esfuerzos con la experiencia, logística, voluntad de servicio y aporte que otros puedan hacer para tener un espectro mucho más amplio de población beneficiada. Tanto así que ahora mas que nunca nos identificamos como familia Rotaria Colombia antes de pensar en cada distrito por separado.   
Por último, todos los socios comprendimos que el aprendizaje es constante, que podemos reforzar, complementar y adquirir conocimiento abriendo espacios de capacitación y formación por medio de la experiencia de otros, en este caso, de nuestros socios. O como lo son las conferencias semanales de imagen pública o la posibilidad de interactuar con otros clubes o distritos en sus charlas, en sus PETS, etc. 

En eso consiste el cambio de paradigma, en ser flexibles, en ubicarnos en el ahora comprendiendo y entendiendo que no todo es dinero para poder colaborar, también lo es la gestión, el tiempo, la disposición, la actitud, la dedicación, la organización, la resiliencia, la comunicación, los mensajes, en fin, un sin numero de factores que nos permitirán llegar a cumplir nuestro objetivo de servicio social, adaptándonos de la mejor forma a los retos que el mundo nos está proponiendo.

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