LA CONSTITUCIÓN Y EL ACTUAR DEL CLUB ROTARIO

Por; César Alberto Torres Quijano, Club Rotario Cali San Fernando. Miembro Comité Distrital para Rotaract

 

Cuando se habla de la Constitución Política, pareciera a veces que el tema es propio para personas formadas en el ámbito del Derecho o tratadistas del derecho constitucional y para reducidos ámbitos académicos, de juristas, litigantes y funcionarios públicos. Sin embargo, más allá de ser simplemente una “cosa de abogados”, nuestra carta política de 1991 está profundamente relacionada con nuestro actuar.


Para afirmar lo anterior tenemos que tener en cuenta el carácter y contenidos de este texto: La constitución de 1991 establece en su artículo primero que Colombia es un Estado social de derecho, lo que en términos sencillos traduce en que la organización política y jurídica, y la sociedad en su conjunto más allá de reconocer formalmente la existencia de unos derechos se deben orientar al cumplimiento del principio de la dignidad humana, valor fundamental que se a su vez se refiere a tres aspectos básicos para las personas, de acuerdo a la jurisprudencia de la Corte Constitucional: 


“la autonomía individual (materializada en la posibilidad de elegir un proyecto de vida y de determinarse según esa elección), unas condiciones de vida cualificadas (referidas a las circunstancias materiales necesarias para desarrollar el proyecto de vida) y la intangibilidad del cuerpo y del espíritu (entendida como integridad física y espiritual, presupuesto para la realización del proyecto de vida)” Sentencia T-881/2002.


Sumado a lo anterior, nuestro país está fundamentado en otros principios como el trabajo, la solidaridad de las personas y la prevalencia del interés general. Es decir, no solo la institucionalidad sino la sociedad civil están llamadas a trabajar conjuntamente para garantizar el cumplimiento material de los derechos fundamentales de las personas, sobre todo de aquellas en condición de vulnerabilidad y que por situaciones estructurales o por condiciones particulares han visto limitado su acceso a la protección de sus derechos de manera efectiva.


¿Qué es lo que hacemos los rotarios que se relaciona con lo anterior? Nuestro Manual de Procedimientos, establece al servicio como valor fundamental de nuestra organización, y adopta la Declaración de 1923 sobre servicio a la comunidad en la cual expone que el ideal rotario de servicio es precisamente la reconciliación entre el conflicto del beneficio propio y el deber e impulso de servir a los demás, de ahí que “se beneficia más quien mejor sirve”. Un servicio a la comunidad que precisamente ha evolucionado con la historia de la organización, y no se ha quedado en simples ayudas asistencialistas que no resuelven problemas de fondo, sino que, por el contrario se trata de un servicio especializado, riguroso en la medida en que los clubes se comprometen con la comunidad y tangible en la medida en que la formulación y ejecución de proyectos aparecen conceptos como el involucramiento y la sostenibilidad: No estamos jugando a ayudar ni nuestro servicio es solo un pasatiempo. 

En este sentido nuestro servicio no es simple retórica metafísica sino que se ha traducido en importantes gestiones en favor de las comunidades, y que en la forma de los clubes rotarios y rotaract concretan esa libertad de asociación que se establece en el artículo 38 de nuestra constitución, en la medida en que al actuar y al trabajar mano a mano con las comunidades involucrándolas en el planteamiento y ejecución de proyectos sociales, estamos empoderando a esa población vulnerable, construimos tejido social y facilitamos la creación de condiciones de vida digna abriendo espacios para que esas personas con sus proyectos de vida puedan construir sus sueños. Desde 1923, con esta declaración Rotary nos manifiesta la exigencia de identificar verdaderas necesidades de las comunidades, que en nuestros manuales y capacitaciones particularmente de la fundación rotaria se ha traducido en el involucramiento con la comunidad para emprender el trabajo social, y no asumir o imaginar necesidades sin un contacto real. 


En la medida en que nuestro actuar se compromete con los postulados de nuestra organización y nuestros clubes efectúan un verdadero servicio a la comunidad, al mismo tiempo estamos logrando construir esa sociedad solidaria orientada hacia la construcción de condiciones de vida dignas para la ciudadanía de nuestro país y nuestro servicio se vuelve verdaderamente cívico.

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