Por: José Alfredo Sepúlveda Fayad
Past Director RI
Hace unos años Mary Carmen y yo estábamos en un aeropuerto de los Estados Unidos esperando nuestro vuelo de conexión para asistir a un Instituto de Zona en ese país, por lo tanto, atentos para saludar a las compañeras y compañeros que seguramente estarían en la misma sala para abordar el avión al destino final, sin embargo no vimos a nadie que reconociéramos, por lo que comencé a caminar tratando de ver si alguien tendría alguna prenda de vestir con el escudo Rotario o si alguna persona tenía colocado su “botón de solapa”, y al no ver a nadie regresé a donde Mary Carmen estaba sentada y le dije: “yo creo que hoy a todos los Rotarios se les hizo tarde para tomar el avión”, y ella me comento: “bueno, lo que pasa es que ahora hay muchos Rotarios Anónimos, que casi nunca usan su insignia de solapa”; entonces lo pensé por un momento y era cierto, ya son menos los Rotarios que usan todos los días y con orgullo el engrane de oro y azul, con seis rayos, veinticuatro dientes y una muesca de chaveta, y en ese momento pensé que tendría que escribir el artículo que ahora ustedes están leyendo.
Ya no hay muchos Rotarios que tengan los conocimientos y habilidades para transmitir la historia, filosofía, estructuras, programas, etc, sino que actualmente y desde hace unos años, la capacitación solo se centra en membresía, imagen pública y fundación Rotaria, pero solo en lo referente a conseguir metas, y ahí está precisamente el problema, porque para conseguir metas uno debe estar motivado, es decir, tener un motivo para hacerlo, y para esto uno debe estar convencido y capacitado. Rotary es una organización de seres humanos honestos y exitosos, con un desarrollado espíritu de servicio. El servicio a los demás debe nacer dentro de los Clubes y dentro del corazón de las personas que lo conforman. A los rotarios realmente les gusta participar en proyectos que nacen como producto de su actividad en las 5 avenidas de servicio, y no que les digan en que proyectos deben participar. Rotary no será mejor si resuelve grandes problemas en el mundo, Rotary será mejor en la medida que esté conformado por Rotarios de alta calidad moral y profesional, lo demás será simplemente una consecuencia. Ser Rotario debe ser tan simple y libre como el vuelo de una gaviota sobre un mar sereno, pero tan profundo como ese mismo mar.
Hace algunos años, en la sede central de Rotary International, al norte de Chicago, en donde escuché a un Rotario de Taiwán decir: “Yo quiero que Rotary se sienta orgulloso de mi”, y esas palabras me atravesaron de lado a lado, de la cabeza a los pies, del alma al corazón y del corazón al cerebro, ¿Cuántos socios que presumen de Rotarios tratan de ver solo defectos que pudieran encontrarle a su Club, para justificar su falta de compromiso y acción de servicio?, ¿Cuántos de ellos quieren “exigirle” a Rotary beneficios, para disimular su falta de ética para pertenecer a esta organización?, sin embargo, en un video que nos exhibieron y que nos mostraba el entusiasmo de los Rotarios de Taiwan (entonces 7 distritos con 18,500 Rotarios y 535 clubes, con un promedio de 34 socios por club) había visto varias veces a ese Rotario que acababa de pronunciar tan trascendente frase, trabajando personalmente, participando inclusive en competencias deportivas para recaudar fondos para el entonces desafío de Polio; no se trataba de entrega de “cosas” compradas con dinero de La Fundación Rotaria, eran acciones directas con la sociedad, trabajando juntos.
Y esa frase: “Yo quiero que Rotary se sienta orgulloso de mi”, para entender que Rotary no es nuestro Club, ni el Gobernador del Distrito, ni el edificio en Evanston, ni el Presidente de Rotary International; Rotary es un ideal, una forma de reaccionar ante la vida, una meta constante, una fuerza que nos hace levantarnos cuando estamos enfermos o subir 100 escalones aunque nos duelan las rodillas, y no es que estemos locos, lo que pasa es que el Rotario siente que lo que hace produce beneficios a los demás, que sus actos son necesarios para que el mundo siga dando vueltas sobre si mismo y se traslade siempre alrededor del sol, sin embargo, para que este milagro suceda, se requiere que el Rotario y su familia se sientan contentos y tengan orgullo de pertenencia a Rotary, que estén enterados de su historia y su filosofía, que caminen constantemente en las 5 Avenidas de Servicio. Sin embargo, ningún Rotario puede serlo realmente si no disfruta y recibe los beneficios que nuestra organización otorga, principalmente el poder relacionarse con personas valiosas y disfrutar con ellas del compañerismo y la amistad Rotaria, la bendición de poder mejorar las condiciones de vida de otras personas, sin embargo, aún sin buscarlo, Rotary es un constante aprendizaje, un constante “escalar montañas como ser humano”, una oportunidad permanente para aprovechar una red mundial humana de alto nivel moral, basada en una confianza pre adquirida; una posibilidad de tener relaciones comerciales basadas en valores fundamentales. Un mundo abierto a nosotros y a nuestros hijos, una maestría y doctorado en relaciones humanas, un mejoramiento de nuestras habilidades para hablar en público, organizar eventos, utilizar medios modernos de comunicación y aprendizaje, viajar, aprender otro idioma, en resumen, Rotary nos da una segunda dimensión para adquirir los 5 atributos que debe tener un profesional: valores, conocimientos, habilidades, pro actividad y espíritu de servicio, pero con un propósito diferente, con más rango de libertad y con un aire más transparente y seguro para extender nuestras alas y volar.
Imaginen entonces lo que significa tener el derecho de usar esta insignia, todos los días y a todas horas, quitarla de vez en cuando de nuestro pecho, solo para mirarla en privado por unos minutos, ver su belleza y percibir su significado; sentirnos orgullosos, y volverla a colocar en su lugar.
Hace algunos años escribí sobre la responsabilidad de ser libre y de aquellos que siempre relacionan a la libertad con lo que no pueden hacer, o sea, que hablan de la libertad que creen que no tienen, mas nunca se refieren a todo lo que pueden hacer y no hacen y entonces concluía ese artículo diciendo “que el tener la posibilidad o sea la libertad, es una gran responsabilidad cuando no se ejerce” Simplemente y claramente “si no usas el botón Rotario es que no eres rotario o Rotaria”, por lo tanto, no puedes contestarle a nadie, cuando te mire la insignia, y te pregunte: ¿Qué es ese engrane?, ¿Qué significa?, ¿Por qué lo usas?, salvo que tomes el camino parcial y fácil y contestes: “Rotary es una organización mundial que hace servicio en todo el mundo a quien más lo necesita”. ¿Eso es cierto?, en parte “si” es cierto, pero solo en una quinta parte, por cierto, ¿En cuantas acciones directas de servicio en la comunidad has participado con tus propias manos?, no es que sea muy malo el que no lo hayas hecho, simplemente porque sería el colmo que se hable de que Rotary es una institución que hace servicio comunitario, si quien lo dice nunca ha participado personal y directamente en esas maravillosas oportunidades que también nuestra organización nos otorga. Por lo tanto, ¡deja de ser Rotario anónimo!, si es que lo eres, y si decides dejar de serlo, antes de ponerte todos los días y en todas las ocasiones este bello engrane en oro y azul, tendrás que actuar con coherencia entre lo que piensas, dices y haces, y aplicar el ideal de servicio en tu vida privada, profesional y pública, para que, al lucir tu botón Rotario, Rotary se sienta orgulloso de ti.