UN CAMBIO INTERNO

Por; R. GORDON R. MCINALLY , Presidente de Rotary International

 

Vivimos tiempos que piden a gritos la paz. El Medio Oriente se encuentra en su condición más volátil en años. La guerra en Ucrania es la más grande en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, y hay conflictos armados en Sudán y partes de África Central. Casi todos los continentes están experimentando un gran conflicto armado. 


Rotary tiene un papel vital que desempeñar en el avance de la causa de la paz: a menudo digo que Rotary debe trabajar por la paz de manera tan agresiva como aquellos que desean hacer la guerra. Es el espíritu que se encuentra reflejado en nuestra declaración de la visión: «Juntos construimos un mundo donde las personas se unen y toman acción para generar un cambio perdurable en nosotros mismos, en nuestras comunidades y en el mundo entero». Nunca debemos perder de vista ese último llamado: que, para generar cambios en el mundo, debemos fomentar el cambio en nosotros mismos. 


Depende de nosotros dar ejemplo de comportamiento de construcción de la paz entre nosotros. Debemos abstenernos de poner en duda los motivos de los demás y precipitarnos a asumir la explicación más cruda posible. Después de escuchar palabras que podrían crisparnos u ofendernos, tenemos la oportunidad de preguntar, con compasión y curiosidad, la intención con que se pronunciaron esas palabras ofensivas. Y luego tendremos otra oportunidad de cerrar la brecha.  


Si deseamos ser un faro para el mundo, comencemos por serlo los unos para los otros. Ayudémonos unos a otros a conseguir una mayor comprensión y encontrar alternativas productivas a las palabras que causan dolor y desconfianza. Y mantengámonos fieles a nuestros principios, pero nunca dudemos de la sinceridad de los demás para poner fin a los conflictos, no para inflamarlos. 


Me acuerdo de un discurso que el senador estadounidense Robert Kennedy pronunció el 4 de abril de 1968, día en que fue asesinado el reverendo Martin Luther King Jr. Kennedy estaba en Indianápolis dirigiéndose a los habitantes de un vecindario predominantemente afroamericano donde la gente aún no sabía que el Dr. King había sido asesinado. 


Compartió con ellos la terrible noticia. Honró al Dr. King por todo lo que había hecho por la causa de la justicia y la paz. Inmediatamente después, se conectó con la multitud enardecida y afligida diciendo: «Para aquellos de ustedes que son negros y sienten la tentación de llenarse de odio y desconfianza ante la injusticia de tal acto, contra todos los blancos, solo puedo decirles que siento en mi propio corazón el mismo tipo de sentimiento. Yo también he sufrido el asesinato de un miembro de mi familia». Era la primera vez que hablaba públicamente sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy. Y mientras que muchas ciudades estadounidenses sufrieron un estallido de violencia esa noche, Indianápolis no lo vivió. 


Es en tiempos de crisis y desesperación cuando necesitamos más que nunca la empatía. La empatía es la herramienta más poderosa de la paz, y es vital si queremos dar los primeros pasos valientes y humildes para Crear esperanza en el mundo.

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